A través de un compromiso con el mundo natural y con nuestra relación con el mismo, se toman como punto de partida distintos organismos invertebrados, como medusas, caracoles, algunos crustáceos e insectos. Se toman elementos de su morfología mayormente y se crea una línea de accesorios.
El material predominante es cuero de origen nacional, revalorizando así un material tan noble y tan autóctono como este. Se propone mantener en su construcción una estructura y una envolvente lineal, tratando de rescatar siempre las propiedades del material. La línea completa la forma, la reviste, la recorre, la atraviesa, para dar surgimiento al objeto.
Los diseños se destacan por el uso del material, por las formas, pero también por su tecnología y construcción, ya que los mismos son una fusión entre trabajo mecánico y artesanal. Los colores se mimetizan con el hábitat urbano, en tonos más bien sucios y poco vibrantes, con algún contraste prominente.
Sobre la piel, los diseños son suaves; sobre el cuerpo sientan bien, adaptándose al mismo por su forma y su peso liviano.
Es el comienzo de un cambio, los accesorios se transforman en “no accesorios” y empiezan a ser parte de nuestra vida cotidiana.